
Momento de definición: es el partido de tenis por el título. Ambos contrincantes están empatados y el último punto deciden quien gana y quien pierde. De pronto la pelota roza la red y por un instante se queda justo encima, pareciendo que tiene iguales probabilidades de caer en cualquiera de los dos lados.
En ese instante la suerte es todo, nos asegura Woody Allen y luego nos cuenta una muy entretenida historia de un oportunista simpático e inofensivo (al menos al principio) que se cuela en una rica familia de Londres, y que poco a poco empieza a arriesgar cada vez mas hasta quedar en el mismo punto que la pelota que decide el partido, justo encima de la red y con la suerte decidiendo todo su futuro.
Más que hablar de la película (que aprovecho para invitar a todos a que la vean) me apunto a reflexionar sobre su tema principal: la suerte.
Comienzo reconociendo que no soy un fanático de la suerte y del azar, no soy un tipo místico de esos que van por ahí creyendo que la posición de los astros o encontrarse un trébol de 4 hojas va a cambiarle la vida significativamente. Creo por sobre todas las cosas en la experiencia, en el mirar y aprender de cada día, en el trabajo y la voluntad de desear algo posible y trabajar por ello.
Sin embargo, después de ver la película no dejo de reconocer que Woody Allen le ha dado un enfoque al tema que me desarma, y es que realmente hay situaciones en que le hemos apostado nuestros esfuerzos y nuestro trabajo a algo que no depende completamente de nosotros, y entonces suele existir ese momento en que la ayuda de alguien, la aparición de algo, la ocurrencia o no de un suceso externo, pueden condicionar completamente (al menos en ese instante decisivo) la conquista del éxito o del fracaso.
Lo que sucede es que creo que la llegada o no del factor suerte en ese instante solo depende de las reglas del caos, las del efecto mariposa, que hacen que el batir de las alas de una mariposa en Colorado provoque un tifón en las costas de Japón. Y además sigo sosteniendo que llegar hasta ese instante culminante si es 100% obra del esfuerzo, la dedicación y la tenacidad de cada cual. El que no se esfuerce lo suficiente ni siquiera llegara a ese momento en que necesitará de la suerte para completar el triunfo.
Otra realidad es que algunos tenemos mas suerte que otros. Como le he escuchado decir a algún comentarista de fútbol: un buen portero, además de reflejos debe de tener suerte. Lo que queda entonces de estudio individual es revisar el archivo personal y ver como nos ha llevado la suerte a cada uno en esos casos en que ha sido decisiva.
De momento me despido con un fragmento de una canción de Buena Fe que trata el tema:
Y así la suerte continua sobrevolando
Mirándonos a todos desde algún lugar
Y como alpiste le regamos nuestros sueños
A ver si un día se embulla y baja a picarPD: la imagen la encontré con referencia a fortuna, riqueza y suerte, pero como no puedo asegurarlo, pido disculpas de antemano en caso de que sea un insulto o una ofensa terrible.