martes, febrero 21, 2006

Los críticos, la alergia y las palabras

Recuerdo que de niño cuando llegaba el invierno, se me cubrían los antebrazos de una erupción mas aparatosa que molesta que en opinión de los expertos era provocada por una alergia a algo desconocido. Con el tiempo, al parecer mi piel ha ido mejorando y las erupciones se han espaciado y pasan casi desapercibidas. Ahora de adulto tengo otras alergias de más fácil diagnóstico pero de remota posibilidad de cura: decididamente le tengo alergia a los críticos.

No es una alergia generalizada, no puedo culpar a todos aquellos que ejercen la digna profesión de vivir de sus opiniones. Los nuevos culpables de mis picazones nocturnas son aquellos “elefantes de la palabra” que llenan los periódicos dominicales con artículos que más parecen ensayos dirigidos a algún evento de critica donde, entre colegas, haya que alardear de cultura y rebuscamiento. No importa que el destinatario del artículo en cuestión sea la masa, el pueblo, la población, a la que, si bien es adecuado e inteligente tratar de educar o enseñar (partiendo del principio aceptable de que el sujeto que escribe tenga un conocimiento decente sobre el tema), de ninguna manera se debe subestimar o llegar a ignorar del todo.

En mi opinión, esto es lo que se hacen estos señores al usar este tipo de frases en sus textos:

“A estas alturas, sabes que me resisto a las posiciones extremas de exégesis oficiosa y de diatriba exterminadora”

“…te parece meritorio y encomiable ese desasimiento respecto a lo sociológico, esa indeterminación de la tesis social de la película…”

“atraviesa opciones genéricas y estilísticas que se distancian del tono burlesco y las anotaciones explícitas”

Y para terminar por todo lo alto, uno de los críticos le dice al otro (el artículo es a dos manos) mientras parece mirar de frente al lector:

“Debes estar preparado, creí que ya lo estabas, para quitarte las orejeras sociologizantes, sacudirte las prevenciones altaculturistas…”

En fin, y para ponerme a la altura: apoteósico, inenarrable, etc. (aunque quiera no puedo entrar en este juego, estos son pesos pesados).

Al final, mi reconocimiento para estos señores por saber lo que saben y mi alergia y molesta picazón por decirlo como lo dicen.

domingo, febrero 19, 2006

Joaquín y la Habana, la Habana y Joaquín

Apenas lo puede ver pues había un centenar de personas que habían llegado antes que yo y que parecían decididos a hacer cualquier cosa (encaramarse en un árbol, quedarse horas apiñados en una escalera, etc.) con tal de verlo. Mi fe no llega a tanto, soy mas bien cínico en este tema de las personalidades famosas y siempre me digo que lo más importante son sus obras (sus canciones, libros o películas, en dependencia del arte del tipo en cuestión) y lo de menos es el sujeto como tal, si tiene la patilla larga o si toma café cargado o sin azúcar. Así que me quedé cómodamente sentado en una esquina, mirando el espectáculo y pensando que los cubanos podemos ser excelentes en muchas cosas, incluyendo la filosofía (esto es para desmentir a Zoe Valdés, que en un libro suyo hace todo un alegato contra la posibilidad de que Cuba tenga un filosofo), pero al parecer nunca seremos buenos organizadores.

Joaquín Sabina se había dado un salto a la Habana a presentar su libro de sonetos y el hecho generó muchísimas expectativas entre sus seguidores. Todos querían verlo, oírlo, que dijera algo simpático, alguna jodedera de esas que uno siempre espera de un tipo tan cabrón (en el buen sentido de la palabra). Pero nos esperaba la decepción de que el encuentro iba a ser en una sala donde ni por arte de magia iba a caber la mitad de las personas que se habían reunido ese domingo en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, sede de la feria del libro.

Hay que reconocer que en algún momento hubo la intención de que la actividad se realizara al aire libre, pero el estado del tiempo (frío, mucho viento y una lejana probabilidad de lluvia) convenció a los organizadores de mudar la presentación a la calidez de una sala a la que muchos no íbamos a poder entrar.

Al final, solo un grupo de privilegiados (los aventureros que describí arriba que se dejaron apachurrar en una minúscula escalera con tal de llegar al príncipe Joaquín encerrado en su castillo) pudieron compartir sonetos, chistes y aventuras con Sabina y al parecer (una opinión unánime) no los decepcionó.

Nosotros, los de abajo, nos quedamos inquietos con la esperanza de que al final el tipo se safara de los organizadores del evento y se descolgara por una liana estilo Tarzán y acudiera al llamado de su público. No llegó a tanto, pero al terminar la presentación se asomó diciendo que quería firmar todos los libros, y repitió todos y se sentó dispuesto a estarse horas allí, firmando e intercambiando bromas con cualquiera.

Al final me fui sin apenas verlo (el cínico que llevo dentro no estuvo dispuesto a esperar horas por una firma) pero me llevé la imagen de Joaquín Sabina rodeado por un público que lo adora y que estaría dispuesto a casi todo con tal de que algún día regrese y de un concierto en la Habana, su Habana.

sábado, febrero 18, 2006

El fin y los medios

Cierta vez leí una entrevista que le hicieron a Steven Spielberg en ocasión del estreno de "Salvando al soldado Ryan". El periodista quería saber por qué le interesaba tanto el tema de la segunda guerra mundial (su película anterior era "La lista de Schindler" sobre un empresario alemán que salvó miles de judíos durante el holocausto). Spielberg dio una respuesta que me pareció muy inteligente y apropiada, dijo algo así como que era la última vez que los buenos y los malos habían estado tan claramente delimitados en sus papeles, que era imposible equivocarse al tomar una postura.

El recuerdo de esa frase me viene ahora a raíz de dos sucesos: el primero es el ocurrido recientemente en el hotel María Isabel Sheraton con una delegación de funcionarios cubanos que planeaban realizar una reunión con empresarios norteamericanos sobre temas energéticos. El hotel en cuestión, aplicando las leyes de "comercio con el enemigo" vigentes en los EUA, expulsó a los funcionarios cubanos y confiscó el dinero que habían anticipado. Hasta ahí todo parece estar dentro de las cosas que suceden en esta viña del señor, si el hotel María Isabel Sheraton estuviera en Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Houston, etc. El problema es que el hotel está en MEXICO, específicamente en Ciudad México donde, aplicando una lógica que parece normal, se aplican las leyes mexicanas, y las leyes del embargo o bloqueo deberían tener tanto valor como si estuvieran impresas en papel higiénico.

El segundo suceso es que me encontré de casualidad mientras navegaba en Internet un sitio dedicado a los cubanos que viven en el exilio. El sitio www.elasere.com, que parece ser muy visitado, tiene una encuesta acerca de la postura de sus visitantes sobre el bloqueo o embargo a Cuba. Los resultados son descorazonadores (al menos para mi), un 51% esta a favor del bloqueo, y un 49% esta en contra.

Ya es momento creo, de definir mi opinión sobre el bloqueo que los EUA tienen sobre Cuba. Para mí, el bloqueo es una postura lógica en la derecha conservadora norteamericana, acostumbrada como está a desayunar cereales con leche mientras en la TV se ven las imágenes de algún bombardeo norteamericano sobre un país x. Es lo menos que podrían tratar de hacernos, dada la posición del gobierno de Cuba. Por otro lado, el bloqueo constituye la más profunda expresión de sinceridad de la ultraderecha cubano-americana de la Florida. Apoyar el bloqueo es su acto menos demagógico, el que desnuda completamente su intención de demoler la realidad cubana de hoy (lo bueno y lo malo), barrer literalmente con la imagen que Cuba se ha construido en los últimos cuarenta años.

Lo que me duele realmente es ver una estadística donde aparezca que el 51% de los cubanos que se han ido de este país, comparte (según la encuesta en cuestión) una medida semejante. Parece que el dolor, el rencor y la distancia pueden mezclarse en un cóctel nefasto que lleve a olvidar que el bloqueo es una medida de fuerza destinada a provocar la miseria y el caos en Cuba, y de esa manera conducir algún tipo de estallido social que acabe definitivamente con la revolución cubana.

Y me voy entonces al viejo dilema de si el fin justifica los medios, y me encuentro que muchos de los grandes problemas de la sociedad cubana actual vienen de haberse aplicado el mismo método. No me queda mas remedio que darme cuenta de que esos que apoyan el bloqueo y yo, no podemos estar de acuerdo en cuanto al fin pues jamás estaremos de acuerdo en cuanto al método.

Esta sociedad nuestra tiene que salir del estancamiento moral en que se encuentra, de una vida sin esperanzas ni sueños, donde todo se dirige a dedo y una mezcla absurda de admiración y temor permite al dedo mayor hacer y deshacer para bien y para mal sin respeto a nada ni a nadie. Somos una dictadura clásica, donde la gente se ha acostumbrado a esperar a ver que pasa. Pero esa propia sociedad tendrá que asumir sus pecados y salir adelante de alguna forma, y tiene que hacerlo por si misma, asumiendo la verdadera esencia de la revolución, no la careta de cartón que vende el gobierno mediante los medios oficiales. La revolución cubana tiene que seguir adelante y el pueblo cubano debería de alguna manera hacerse responsable de hacerlo. No es desde Miami o Washington que nos van a salvar. Y menos tratando de matarnos de hambre.

Siento un pena profunda por todos aquellos cubanos de bien que apoyan el bloqueo porque no ven otra salida u otra manera. Por los demás, los que quisieran arrasar con todo y todos, los que la palabra Cuba les despierta ronchas y es solo un medio de hacer dinero mediante la política, por esos siento un profundo desprecio. Ni más ni menos.

jueves, febrero 16, 2006

Una reflexión

Participar no es sinónimo de obedecer, ni opinar es sinónimo de repetir.

martes, febrero 07, 2006

Frases de Savater

Por carambola he llegado a un señor que se llama Fernando Savater, filósofo él de profesión y que parece ser un tío muy leído y estudiado, que ha dicho y hecho mas o menos lo que le ha venido a la mente durante su vida, de manera bastante coherente y respetable.

De momento en mi ignorancia me quedo con cuatro frases suyas:

Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar.

Idiota: Del griego idiotés, utilizado para referirse a quien no se metía en política, preocupado tan sólo en lo suyo, incapaz de ofrecer nada a los demás.

El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos.

Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres.

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.