...que al terminar la gira internacional en la que está envuelto, el presidente Obama retorna a EUA, y esa misma noche es sacado de su cama por un comando militar (de esos que aparecen en las películas de Hollywood), y montado a la fuerza en un avión con destino a Canadá. Imaginemos que la orden de desalojar a Obama de la Casa Blanca proviene de las más altas instancias del Pentágono, que actúan en complicidad con una mayoría del congreso (incluyendo muchos demócratas) y con todos los jueces de la corte suprema.
Imaginemos que los organizadores del complot alegan que el presidente Obama ha puesto en juego la seguridad nacional de los EUA, al no tomar medidas drásticas contra Irán o Corea del Norte, y cuestionan la supuesta conveniencia para la unión del nuevo tratado de reducción de armas nucleares que debe firmarse con Rusia. Imaginemos que estos "defensores de la democracia" se sienten incómodos también por las recientes propuestas del presidente Obama de reestructurar el sistema médico de los EUA.
Imaginemos que Nancy Pelosi (líder de la cámara de representantes) toma juramento como nueva presidenta de la unión, y se encarga de mostrarle al mundo a través de las cámaras de la CNN (no podía ser otra), que la democracia norteamericana ha salido fortalecida, y que el país ha vuelto (gracias al golpe) "a los causes de democracia y la libertad sobre los que se ha construido esta gran nación "(cita textual).
Imaginemos que el depuesto presidente acude a la OEA, y la organización, en respuesta, exige la restitución inmediata del presidente Obama en sus funciones, se niega a negociar con el gobierno de facto, y termina expulsando a los EUA de la organización continental.
Imaginemos que Obama toma un avión para intentar regresar a su país, y que miles de personas se manifiestan en los alrededores del aeropuerto de Washington, a la espera de la llegada del presidente al que han elegido mediante el voto directo. Imaginemos que son reprimidos violentamente por efectivos de la guardia nacional y del ejército.
Imaginemos que Obama, desesperado, decide pedir ayuda al gobierno chino, pero este, a pesar de que ha reconocido públicamente al señor Obama como único presidente de los EUA, se muestra tibio en sus actos, y sigue manteniendo buenas relaciones con el nuevo grupo que mantiene el poder en Washington.
Imaginemos que Obama viaja a Beijing, y allí se entrevista con la canciller Chi na ry. La canciller accede a una reunión privada, a la que no se deja entrar a la prensa, y se niega a ser retratada en compañía del depuesto presidente Obama. Al finalizar la reunión, la canciller expresa que China "va a seguir hacer esfuerzos por alcanzar una solución negociada al conflicto en los EUA".
En una rueda de prensa posterior, un periodista quiere saber si la solución que se busca es la restitución del presidente Obama. La canciller Chi na ry, con esa astucia oriental que le es característica, evita responder a la pregunta, y afirma que la solución "será la que se alcance de mutuo acuerdo entre las partes en conflicto".
Y me pregunto yo... ¿Tendría alguna utilidad o sentido, ocupar nuestro precioso tiempo en este juego de imaginación? Creo que no, porque cosas como esta, afortunadamente, ya no suelen suceder en este mundo en que vivimos...