viernes, junio 24, 2011

Hay que jugársela


Lo dijo el incansable Alfredo Guevara en un debate con estudiantes y profesores de la facultad de química de la universidad de la habana. No aparece por ningún lado la fecha en que ocurrió este encuentro, pero en un momento de su intervención, Alfredo Guevara habla del congreso del partido como algo que iba a desarrollarse con posterioridad.

Es una lástima que no haya podido estar allí, porque este es un dialogo fecundo y sincero, y en este país estamos sobrados de discursos pero escasos de diálogos. Y la fecundidad y la sinceridad han estado demasiado tiempo a la sombra.

El texto es largo pero vale la pena leerlo y releerlo, desde las palabras de Alfredo Guevara hasta las preguntas de los profesores y estudiantes. Todo el mundo hablando claro, sin tapujos, el único lenguaje en que se puede discutir la realidad cubana de hoy.
Los dejo con dos breves fragmentos de la intervención de Alfredo Guevara y el enlace al texto integro en Cubadebate (que honra su nombre al publicarlo).

Fragmento 1:
“Lo he dicho en otras ocasiones y no quiero dejar de repetir aquí ante ustedes, que el crimen más grande que podemos cometer es aceptar que la ignorancia ocupe cargos, -claro, encarnada en personas-, que la ignorancia tenga poder sobre los demás. Y hay demasiada ignorancia en nuestro Estado todavía, en nuestro Estado y organizaciones sociales, incluyendo el Partido, hay demasiada ignorancia con poder sobre personas. Creo que ese es un crimen de Estado, y es un crimen que tenemos que rectificar a fondo: ¡no a la ignorancia! Para poder tener poder sobre los demás hay que tener, ante todo, verdaderos conocimientos sobre lo que se va a dirigir, y, desde luego, una formación ética.”

Fragmento 2:
“Yo considero que podemos esperar de los cambios propuestos, que el tejido actual, que no tiene que ser eterno, puede ser modificado y enriquecido y que debe ser modificado y enriquecido permanentemente, el tejido actual de poder popular existe, ¿y para qué existe? Existe para decir que existe, pero…, yo no sé dónde viven cada uno de ustedes, pero estoy seguro que sus padres o ustedes mismos si tienen una participación activa en el barrio, en la demarcación, si se dirigen al delegado es porque son de un optimismo extremo, porque el pobre delegado es un pobre diablo que ha tenido el valor de aceptar la condición de delegado porque seguro que en el barrio nadie quería ser delegado y él lo acepta como una disciplina del Partido, o del Estado, o de lo que sea, porque él sabe que no sirve para nada y todos los ciudadanos saben que no sirve para nada.

Pero si nosotros reviviéramos ese tejido que realmente se intrinca por toda la sociedad, si lo reviviéramos y entonces en lugar de ser Poder Popular fuera popular y poder, yo creo que nosotros estaríamos dando un paso de primer orden hacia la democracia socialista que no puede ser de arriba abajo y de abajo a arriba en conexión directa a través de 17 mil correas de transmisión. Las correas de trasmisión han llegado a ser, en lugar de correas de trasmisión, ya que lo invaden todo, una verdadera maleza. Es decir, una selva intrincada en que no se ha cultivado ningún terreno.”

Enlace

viernes, junio 17, 2011

El tren se mueve (parte 1)



Todo comenzó con un tren. Un viajero, molesto por el cumulo de indisciplinas sociales sufridas en el trayecto Santa Clara – Morón – Nuevitas, se armó de pluma y papel y lanzó una carta-dardo contra las autoridades ferroviarias a través del espacio “Cartas a la Dirección” del Periódico Granma.

La carta fue publicada el 1 de Abril del 2011 bajo el título: “Acerca de los ferrocarriles”. Estaba bastante bien redactada y era una denuncia en toda la regla sobre una de esas “paradojas cubanas” (situaciones problemáticas que todo el mundo conoce y nadie arregla). Hasta ese momento:

Viajero Inconforme 1 – Unión de Ferrocarriles de Cuba 0.

La respuesta de la Unión no se hizo esperar. Solo 57 días después (27 de mayo) apareció publicada en la misma sección del periódico. Venía firmada por José Darío Rubio Frómeta, Director de la Empresa de Servicios Generales de la Unión de Ferrocarriles de Cuba.

La carta del funcionario ferroviario es uno de esos documentos de intenso valor histórico, que harán las delicias de los arqueólogos dentro de quinientos años.

Comenzaba con un tono luctuoso como de obituario:

“De gran consternación para todos los ferroviarios y revolucionarios en general resultó la denuncia publicada en ese diario el 1ro. de abril, nos asiste la vergüenza y el compromiso moral de a la mayor brevedad revertir los lamentables hechos denunciados en la misiva.”

Continuaba con una breve pero intensa y muy detallada explicación de las medidas tomadas para erradicar el problema planteado por el Viajero Inconforme:

“Como resultado de un exhaustivo análisis, se orientó la elaboración de un Plan de Medidas donde se involucran la Policía Nacional Ferroviaria, y las entidades del sistema, el cual sin dudas, unido al factor humano, revertirán la imagen del servicio que brinda el tren.”

Y culminaba su misiva con un verdadero canto a la esperanza:

“Sepan que hay mucha dignidad y valores en los trabajadores del ferrocarril, que sin duda alguna sabrán dar un salto positivo en la transformación de nuestros servicios […] Por eso le decimos a Armando B. Núñez Rodríguez (Viajero Inconforme) y a todo nuestro pueblo que la batalla por la recuperación del ferrocarril ya la estamos librando.”

Después de leer una carta como esta, uno no puede menos que sentirse reconfortado con los logros del sistema educativo cubano. Quizás nuestros funcionarios ferroviarios no puedan lograr que los trenes anden a tiempo, o incluso que anden, pero en cambio, pueden escribir cartas afectuosas y emotivas que llegan al corazón de la gente.

Continuará…

miércoles, junio 15, 2011

Lo dijo Mafalda



¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?

jueves, junio 09, 2011

Discriminación nasal


Cartel a la entrada de un círculo infantil en un barrio de la Habana:

PROHIBIDA LA ENTRADA DE NIÑOS CON SECRECIÓN NASAL VERDE

Es una lástima que no llevara una cámara encima. Una foto del cartel habría sido mil veces más elocuente.

Nota:
Circulo infantil = jardín de la infancia, guardería, etc. Lugar donde se cuidan niños pequeños.

martes, junio 07, 2011

También la lluvia


Resulta que tenemos una vida que vivir, una sola por desgracia. Hay que comer, vestirse, tener un techo, educar a nuestros hijos, cuidar de la familia. Pero resulta también que conformarse es de cobardes, y por eso no queremos solo comer, sino mariscos y vino blanco y un delicioso postre de chocolate. No solo vestirnos, sino la moda (¡Ay, la moda!). No solo un techo, sino una casa grande, con cuartos para los niños y una sala amplia con un TV de muchas pulgadas para ver futbol y novelas, y terraza para tomar el té. Luego resulta que también cargamos con el ego, ese animalito baboso que nos habita dentro, y que pide triunfos y gloria, y al que nunca podremos llegar a complacer del todo. Entonces, cada día hay que levantarse y salir a la calle, a luchar por esa comida, esa ropa, ese techo, rezando en voz baja para que el ego no exija demasiado. Y esa pelea de todos los días nos va desgastando. Nos va quitando color, nos va tornando grises.

Resulta que cuando niños, el bien y el mal estaban perfectamente definidos, y nosotros, claro está, éramos capitanes del bando del bien. Pero luego nos hicimos adultos, y nos alcanzó la rutina. Comida, ropa, casa, ego. Y entonces, como por arte de magia, las fronteras entre el bien y del mal comenzaron a difuminarse ante nuestros ojos. Y ahora el bien ya no era tan positivo si de alguna forma nos molestaba (impedía nuestros planes, enlentecía nuestro crecimiento, obstaculizaba nuestro futuro), y el mal, ya no nos parecía tan diabólico siempre que alcanzara solo a los demás, y nos dejara ilesos, siempre que significara una oportunidad de avanzar un paso más rápido que los otros, un atajo que nos pondría delante en la carrera.

De estos temas y de otros nos habla “También la lluvia”, la última película de Icíar Bollaín, que algunos cubanos tuvimos el privilegio de ver en el pasado Festival de Cine de la Habana. Del dilema entre elegir entre tener o tener vergüenza. Ver el lado oscuro en la pantalla del TV y sentir que tenemos que hacer algo al respecto (ALGO!!!), o hacer zapping y pasar a un programa de variedades. Olvidar los límites del bien y el mal que trazamos cuando niños, o rescatarlos y empezar de nuevo.

sábado, junio 04, 2011

Comunismo 2.0


Acabado de leer en mi página de Facebook:

“Vladimir Ilich Lenin ahora es amigo de Karl Marx y de Federico Engels”

¿Será que todo vuelve a empezar de nuevo?

jueves, junio 02, 2011

La redención de Mou




Domingo pasado, 4 am. Suena el teléfono con insistencia. Me levanto de la cama con el corazón en la boca. Una llamada a esa hora tan incómoda significa malas noticias. Ni siquiera cabe la posibilidad de que sea un equivocado (los equivocados pueden llamar quizás hasta las 2 am, nunca después).

-Oigo, oigo – digo con desesperación.

- ¿Viste el partido? –pregunta alguien del otro lado de la línea.

Mi interlocutor habla el español con el acento cosmopolita de quien ha nacido en Portugal y ha pasado largas temporadas en Londres y Milán.

- Son las 4 de la mañana José – digo como única respuesta.

- Oh vamos – dice él – es domingo. Seguramente acabas de acostarte.

José está tan acostumbrado a tener la razón que ha perdido la capacidad de dudar de si mismo. Se lo hago notar.

- Bueno – dice intentando zanjar el asunto - ¿por fin me vas a decir si viste el partido?

Las ligas en Europa terminaron y a José el futbol que se juega de este lado del atlántico no le mueve el pelo. Así que esta vez “El partido” no admite confusiones. Es la final de la UEFA Champions League que se jugó el sábado en Londres, en el nuevo Wembley, entre el Barcelona y el Manchester United.

- Claro que vi el partido – respondo – Ganó el Barza 3 a 1. Goles de Pedro, Messi, y Villa.

- ¿Y qué te pareció?

- Creo que deberían haber multado al Barza por exceso de futbol – le digo para molestarlo.

- Ahórrate las licencias poéticas – dice él con tono ríspido.

- Arrollaron al United – continúo – Los Guardiola Boy´s le pasaron por arriba con la sutileza de un tren de carga.

La respiración de José se crispa con la mención del entrenador del Barza. Cuenta hasta 10, se controla y vuelve a hablar.

- ¿Y nosotros? ¿Cómo quedamos nosotros?

- Bien José. Quedaste bien. En los primeros 10 minutos parecía que el viejo Sir Alex había descubierto el gran secreto de los alquimistas de Macedonia: la forma de frenar al Barza jugando al futbol, pero era un simple espejismo. Una ilusión tan pasajera como un arcoíris en día de lluvia. Después que el Barza despertó, se adueñó de la pelota y del terreno. Dándote la razón, José, y desarmando a todos los que te han acusado de soberbio. Justificando tu apuesta por Pepe, el juego ríspido y toda la desmesura defensiva. Definitivamente no hay otra forma de pararlos. No en este momento.

- Bien – dice José, evidentemente satisfecho con mi respuesta – te dejo dormir. Hablamos otro día – y luego cuelga.

Me he quedado con ganas de preguntarle por Sir Alex. “Aún está muy tocado”, seguramente habría dicho, “tiene pesadillas con Iniesta y con Xavi. Y siente que Messi lo persigue. Lo ve en todas partes al mismo tiempo. Está tomando pastillas, el pobre…”

Pero José me ha colgado antes de darme esa respuesta, o cualquier otra parecida. Y yo lo entiendo. Sé que está ocupado, muy ocupado, buscando el gran secreto de los alquimistas de Macedonia. Como parar al Barza jugando al futbol. Imagínate.

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.