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Opinión Pública

En los últimos tiempos la TV cubana ha ido sufriendo algunas transformaciones curiosas. La primera y más evidente de ellas es que ahora hay al menos un canal que trasmite las 24 horas del día, con una programación bastante entretenida y variada (gracias, entre otras cosas a una de las pocas cosas positivas que tiene el bloqueo: las series de tv americanas que se pueden descargar de internet y poner libre de pago).

Una transformación un poco más sutil pero no menos importante es que, con la enfermedad del "bloguero del Granma", han desaparecido los grandes discursos que encadenaban los canales y que hacían que los bancos de alquiler de películas clandestinos duplicaran sus ganancias.

La tercera y en mi opinión, la más importante, es la imagen de Raúl Castro aprovechando cada entrevista, para hacerle un llamado a los periodistas que en ese momento lo rodean, a asumir su compromiso de escribir "la verdad" sobre los temas que realmente resulten problemáticos e importantes para la sociedad cubana.

Raúl Castro habla de buscar "el lugar correcto, la ocasión correcta y las palabras correctas" para tocar las cuestiones espinosas que complican y ahogan la vida diaria de los cubanos, y yo, mientras lo escucho, comienzo a imaginarme enseguida el tremendo dolor de cabeza que resultará para los atribulados periodistas el tener que entrar en "aguas poco claras" con tanto llamado a la corrección. Supongo que deben estarse sintiendo como el niño al que la madre autoriza a tomar un pedazo "no muy grande" del dulce que está sobre la mesa.

Sin embargo, a pesar de todos los pesares, la idea de recuperar el papel de la prensa es positiva y altamente necesaria en una sociedad que se encuentra totalmente desprovista de una de sus armas fundamentales: la opinión pública.
Comencemos a darle vueltas al tema y elaboremos un párrafo lleno de afirmaciones:

Si usted vive en Cuba…

Está en todo su derecho de tener su propia opinión… deportiva. Puede estar de acuerdo o no con… los integrantes del equipo de béisbol. Cualquiera puede disentir sobre la designación… del cuarto bate del equipo. Si es entrevistado por la radio o la TV usted podrá criticar abiertamente la última decisión tomada por… el director del equipo, y su opinión será trasmitida sin problemas (a menos que usted use un lenguaje vulgar para expresarse como el de cierto bloguero por ahí).

Sin embargo si trasladamos este párrafo a la política, o más que política, a la gestión del estado, porque para eso vivimos en una sociedad socialista, donde no hay políticos sino cuadros, donde no hay partidos, sino "el inmortal", entonces tendremos que ajustar algunas oraciones.

Y usted seguirá siendo libre de tener una opinión, pero si no concuerda con la de las páginas del Granma, usted haría mejor en callársela en cualquier evento oficial. Usted puede estar de acuerdo o no con los ministros… pero no tendrá ni la mas mínima opción de revocarlos de sus cargos a pesar de lo mal que ande su ramo. Si es entrevistado por la radio o la tv y producto de un angustioso viaje en el camello se atreve a decir lo que piensa (sin pensárselo dos veces) pues puede que no le suceda nada pero su opinión desaparecerá como por arte de magia en el proceso de edición y las melodiosas palabras que escogió para expresarse terminaran por irse a la… basura.

En fin, que somos una sociedad pluralista y efectiva en términos beisboleros, pero en términos políticos, económicos, o de cualquier índole relacionada con la gestión del país, la consigna parece ser otra:

"Dejen todo en nuestras manos que ya sabemos lo que tenemos que hacer. Confíen en nosotros y váyanse a sus casas, a vivir tranquilamente. Ya avisaremos cuando han de ser útiles, cuando han de marchar por la plaza coreando tal consigna y dando vivas a fulano o a mengano".

Y con esto no quiero decir que no existan personas que se sientan orgullosas de ir a la plaza a corear tal y más cual consigna. Lo que quiero decir es que realmente hay otro grupo de personas a las que más que marchar o gritar, les gustaría encerrarse un par de días con el ministro de la pesca, de la agricultura o del turismo para revisar sus números e informes, y compararlos con la realidad de sus bolsillos y de sus refrigeradores.
Sin embargo esta última opción luce algo descabellada, pues los ministros mal podrían hacer su trabajo si tuvieran que dedicar parte de su tiempo a reunirse con cada ciudadano insatisfecho que aparezca en el ministerio, inconforme con algún servicio o producto.

Lo más lógico resulta que cada cierto tiempo exista un proceso de validación y cambio, en el que los ciudadanos ejerzan su opinión sobre la manera en que las personas que están a cargo de administrar los recursos del país (porque en realidad si quitamos el maquillaje de las ideologías, un país lo que necesita son buenos administradores), y decidan si dar un voto de confianza o de castigo a los que en ese momento "dirigen el barco".

En Cuba tenemos un proceso similar, llamado "proceso de rendición de cuentas", donde el delegado de la circunscripción se para en la picota publica a explicar su gestión al conjunto de electores que votó (o no) por él.

Y con esta simple solución todo debería quedar resuelto, si no fuera por el pequeño detalle de que este delegado de circunscripción viene a ser en el gobierno, si continuamos con nuestra similitud beisbolera, algo así como el carga bates (en el fútbol seria el tipo que en el banquillo se encarga de mantener a una buena temperatura los pomos de agua que se beben los jugadores en el descanso). Es decir, un don nadie, un pobre señor, perdón, un pobre compañero que intentará infructuosamente año tras año que las instituciones y empresas estatales arreglen el farol de la esquina, o pavimenten el enorme bache que convierte la calle en una piscina pública los días de lluvia.

Este compañero es en realidad un "mensajero popular" de escaso vuelo, pues las quejas que puede tramitar están muy bien definidas al ámbito de su barrio o zona. Si usted en un delirio provocado por una fiebre mal contenida intenta tramitar con el compañero algún tema de vital importancia, como la falta de suministro de papel higiénico que sufre el país o el "leve" atraso en el proceso de sustitución de ventanas "polares" en los ómnibus urbanos , el carga bates, perdón, el delegado se encogerá de hombros y esbozará una sonrisa benevolente antes de recordarle a usted, querido compañero, que el ámbito de sus funciones se limita a los problemas locales, como la bombilla del poste, que este año si está a punto de resolver, o el enorme bache, del cual ha recibido una respuesta optimista para el año entrante.

Y fin de la historia, se acabó el alcance de las rendiciones de cuentas, de ahí pa' encima solo queda engancharse en el carro del optimismo, de la larga espera de las cosas que algún día llegaran, que algún día serán resultas.

Después de tanta palabrería para tratar de explicarme a mí mismo lo inexplicable termino enredado en una pregunta malintencionada y peligrosa:
¿Y es que realmente servirá para algo la opinión pública? ¿Acaso podrá explicarse con mi descabellada comparación béisbol-estado, el hecho de que tengamos por un lado al equipo subcampeón del clásico mundial, y por el otro una economía de "recolectores-cazadores"?

Nada, mejor será que no me haga caso y que siga viviendo su vida como hasta ahora…, mire pero no hable, piense pero no opine… debe ser lo mejor… si ellos lo dicen.

PD: Otro asunto son los procesos de elecciones, como las que están a punto de desencadenarse, perdón quise decir desarrollarse, por estos días… pero eso, es harina de otro costal, y tema de otro post.

Siempre disfruto mucho tus posts. Has hecho un retrato exacto de la sociedad cubana que ahora está en el noveno inning, perdiendo por tres carreras, bases llenas, dos outs y el hombre al bate está en 3 y 2.
¿Nos poncharemos?

Lo triste es que ni salvando el juego se salva la temporada... asi que, que importa? Si ya no vamos a finales.

Cubano, me recuerdas lo que deciamos en las reuniones de fines de los 80s, cuando aun tratabamos sinceramente de arreglar lo inarreglable. Cuando todavia creiamos que todo se arreglaria cuando Fidel se enterara de lo jodido que tenian el pais aquellos hijeputas intermediarios...
Saludos,

Hola a todos, soy nuevo. Me encanto encontrar donde compartir nuestros problemas, situaciones y opiniones.
muy bueno el articulo, aunque algo suave para la crudeza de la realidad.

saludos

El hijo del che conduce una harley como cualquier cuabano corriente. ja...ja.me pregunto cuantos cubanos mas podran permitirselo.


Raúl Castro preside homenaje al Che Guevara
Redacción de El Nuevo Herald
LA HABANA
EL HIJO menor del Che, Ernesto, rindió tributo a su padre conduciendo una Harley Davidson junto a otros 37 harlistas.
ADALBERTO ROQUE / AFP / Getty Images
EL HIJO menor del Che, Ernesto, rindió tributo a su padre conduciendo una Harley Davidson junto a otros 37 harlistas.

El gobernante interino Raúl Castro encabezó ayer un acto de homenaje al guerrillero argentino Ernesto Che Guevara al cumplirse 40 años de su muerte, en tanto el convaleciente Fidel Castro publicó un escrito en que lo calificó de ``combatiente excepcional''.
La jornada tuvo además un singular tributo de Ernesto, el Benjamín del ''Che'', quien pasó frente a la tumba de su padre en el memorial en la ciudad de Santa Clara, conduciendo una motocicleta Harley Davidson junto a otros 37 harlistas cubanos.
El acto principal se desarrolló en la Plaza Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, 270 kilómetros al este de La Habana, donde se encuentra un monumento y el mausoleo con los supuestos restos del guerrillero, ejecutado en Bolivia el 8 de octubre de 1967.
En el discurso central, el comandante de la Revolución Ramiro Valdés expresó que ``las ideas del Che y el legado de sus compañeros ... son un elemento vivo que debía estar presente en nuestras tareas actuales''.
Valdés, de 75 años, llamó a los cubanos a secundar el debate convocado por el gobernante interino Raúl Castro para enriquecer el socialismo y mantener a raya al imperialismo.
Más de 10,000 personas acudieron a la ceremonia, según medios oficiales.
Valdés, ministro de Informática y Comunicaciones y segundo hombre de la columna que comandó el Che en la última etapa de la ofensiva revolucionaria, aprovechó el escenario para llamar a los cubanos a unirse y secundar a Raúl Castro y al Partido Comunista de Cuba tras el ''duro golpe'' que ha supuesto la enfermedad de Fidel Castro. ''Estamos ante una hora de combate ... no es ésta la hora de derrotismos, ni de oportunismos, ni de esperar a que venga alguien a perdonarnos la vida'', afirmó.
Mientras, Ernesto Guevara y el grupo de harlistas guardaron un minuto de silencio a la salida del monumento, para después rendir él un atronador tributo: aceleró a toda velocidad su moto color rojo vino modelo 45 de 1937, quebrando la solemnidad del sitio.
Vestidos de negro como una secta, con grandes cadenas al cuello, los harlistas cabalgan uno de los símbolos de Estados Unidos, en una aparente contradicción con todo lo cual combatió el Che Guevara. Pero los motoristas cubanos, amantes de esos aparatos como el Che, son verdaderos coleccionistas.
''Estoy aquí como un harlista más'', declaró a la AFP Ernesto, que vestía una camiseta y jeans azules. El hijo menor del guerrillero era apenas un bebé cuando el Che partió hacia Bolivia, en noviembre de 1965.
Algunos de los organizadores del homenaje comentaron que la idea de realizarlo partió de Ernesto y contó con el apoyo resuelto de Aleida, la mayor de los cuatro vástagos de la familia cubana del guerrillero.
El vicepresidente del Club de Harley Davidson de Cuba, Onelio Acosta, indicó por su parte que Ernesto ''ama las Harley'' y ``sabemos que el Che fue un gran amante de las motocicletas''.
''Viajó por América Latina en una Norton 250, inglesa'', apuntó Acosta.
En la ceremonia fue leída una de las habituales ''Reflexiones'' de Fidel Castro, publicada ayer en el diario oficial Granma.
En el escrito titulado El Che, el mandatario expresó: ``era un predestinado, pero él no lo sabía. Combate con nosotros y por nosotros''.


Jorge Ybarra

"Si es entrevistado por la radio o la tv y producto de un angustioso viaje en el camello se atreve a decir lo que piensa (sin pensárselo dos veces) pues puede que no le suceda nada pero su opinión desaparecerá como por arte de magia en el proceso de edición y las melodiosas palabras que escogió para expresarse terminaran por irse a la… basura."

Leo su post, Cubano, y noto que en este sentido, no existe mucha diferencia con la mayoría de los medios de comunicación en México. Casi todos estan comprados por el estado y los que no, nadie los lee.

Estimado Señor,

Soy un estudiante estadounidense y blogueando en inglés sobre algunos subjetos políticos y mi vida como un estudiante. Leí un artículo interesante en el "New York Times" sobre su blog y los de otros cubanos que normalmente no tienen aceso al Internet. Sus comentarios sobre la situación política en Cuba son increíblemente interesantes. Los mencioné en un artículo sobre blogueando en países con gobiernos represivos. Espero que Ud. continúe a bloguear más sobre la vida diaria y las cosas ocurriendo en Cuba. Creo que muchas de mis conciudadanos se las gustaría más. Muchas gracias por su tiempo y sus pensamientos.

Saludos,
David

Quise escribir "se las gustaría saber más." Lo siento para el error.

Interesante el blog, me alegra encontrar este tipo de debates sobre Cuba. saludos

¡hola! es muy interesante lo que cuentas. Estoy hace tiempo tratando de hacerme una opinión sobre la democracia en el mundo en gral. y en Cuba en particular.

Mi pregunta para ti ahora es ¿Cambiarías el sistema de organización de gobierno de Cuba por el de, por poner un ejemplo, E.E.U.U.? O simplemente prefieres el que tienen ustedes pero reformandolo en algunas cosas.

Gracias!

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Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.