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Caminaba de mi cuarto a la cocina (lleva más tiempo escribir esta oración
que llevarla a cabo) cuando me vino una idea la mente:
"Cuando uno recorre demasiadas veces el mismo camino corre el riesgo de
quedar prisionero de sus propios pasos".
No se de donde salió esta idea y mucho menos el porque terminé redactándola
en forma de frase. Un misterio más.
PD: A lo mejor mañana al levantarme me siento "iluminado" y me convierto en
gurú o algo así. Ver para creer.
Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...
La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podía ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.
Querido Cubano, aunque a veces te sientas prisionero de tus pasos no dejes de caminar,recuerda que alguien , mas temprano que tarde, se fijará en tus huellas
Un abrazo.
Lo dijo
Anónimo a las 2:16 p. m., marzo 18, 2007
Cubano querido, cuando vivi en el Caribe me hice el proposito de VER, de no acostumbrarme ni a lo bello ni a lo macabro...ahora que vivo en el norte profundo hago el mismo ejercicio, justo para no ser prisionera de mis pasos.
Lo dijo
Anónimo a las 2:51 p. m., marzo 18, 2007
Pues es cualidad de la verdadera forma el hacer salir de ella inmediatamente al espiritu, mientras que, en la forma defectuosa,ese espiritu queda retenido como un espejo y nada nos recuerda si no es a si mismo.
Lo dijo
Anónimo a las 6:00 p. m., marzo 18, 2007
He hecho tantas veces el trayecto desde mi casa al trabajo que lo realizo de forma completamente mecánica.
En más de una ocasión me ha sucedido que durante el fin de semana salgo de casa a cualquier otro sitio, y al cabo de 5 minutos me veo conduciendo hacia mi trabajo aunque sea domingo.
La rutina hace que dejemos de ser conscientes de nuestros actos.
Por eso es tan importante pararse y pensar.
Hay que pensar sobre el pasado y sobre el presente; pero, sobre todo, sobre el futuro. Sólo así nos podemos convertir en dueños de nuestro futuro.
Aquí está la clave: no consiste en esperar simplemente que el futuro llegue, sino en influir sobre él. Al menos sobre el nuestro.
Un abrazo.
Gabriel
Lo dijo
Anónimo a las 9:09 p. m., marzo 18, 2007
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Lo dijo
Anónimo a las 9:18 p. m., diciembre 03, 2010
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