jueves, septiembre 25, 2008

La basura de mi vecino


Tengo vecinos nuevos. Llegaron hace algunas semanas, justo antes del ciclón Gustav, a ocupar uno de los apartamentos de los altos de mi edificio. Parecen gente alegre pero tranquila, que viven su vida y no molestan a los demás. Sin embargo, hay un tema que parece anticipar un problema entre nosotros: la basura.

Mis vecinos sacan sus bolsas de basura todos los días y las ponen delante de mi casa para que cuando pase el camión las recoja. Eso estaría bien en una ciudad del primer mundo, pero la Habana no es Tokio ni Berlín y el camión de comunales no pasa todos los días. Cuando eso sucede, las bolsas de mis vecinos se acumulan frente a mi casa, brindando un feo y desagradable espectáculo de insalubridad.

A casi 30 metros existe un tanque para desechos. Mis viejos vecinos y yo acostumbramos a hacer el recorrido todas las noches para evitar el desagradable espectáculo de la basura acumulándose los días en que no pasa el camión. Es un trayecto razonablemente corto que nos ahorra males mayores. Sin embargo mis nuevos vecinos no piensan lo mismo y las bolsas siguen amaneciendo frente a mi casa.

Cuando todo apuntaba a un conflicto entre nosotros se apareció el ciclón Ike, y tras su paso, mis vecinos parecieron tomar conciencia del problema y las bolsas desaparecieron. Fue una decisión excelente pues durante esos días la mayoría de los servicios no funcionaban en esta ciudad y la montaña de bolsas de basura hubiera alcanzado dimensiones bíblicas.

¿Qué puedo decir al respecto? Me sentía realmente feliz pensando que había un problema menos del que tenía que ocuparme en estos días ingratos en que las horas se suelen contar por problemas. Sin embargo ayer, casi a punto de acostarme, salí a tomar el fresco de la madrugada, y me lleve una desagradable sorpresa. Las bolsas de mis vecinos estaban de vuelta. Lo que yo había imaginado como un asunto resuelto era solo una tregua momentánea provocada por los efectos del ciclón. Al parecer mis nuevos vecinos siguen pensado que recorrer 30 metros con la bolsa de la basura es demasiado esfuerzo para ellos, haciendo que el conflicto vuelva a renacer como el ave fénix. Probablemente mañana en la mañana tendremos una conversación sobre el tema y en base a su respuesta veré que medidas debo tomar para resolver este asunto.

Hablar demasiado de uno mismo puede terminar resultando pedante, y más cuando la historia que uno cuenta no resulta muy agradable de por sí. Paso entonces a hablar de las noticias que leo en la prensa o que me envían los amigos que tengo desperdigados por el mundo y que se encargan a cada tanto de ponerme al día de sus propias realidades.

Leo que los EUA han elevado al monto de la ayuda que pretenden enviar a Cuba para remediar los destrozos de los dos huracanes. La cifra ahora ronda los 6,3 millones de dólares. El envío consistiría en planchas corrugadas de zinc, clavos, herramientas, madera, cobertores plásticos y kits ligeros para albergues. Hago un recuento mental sobre las noticias que he leído sobre el tema. Creo recordar que el primer monto era de 100.000 dólares que se canalizarían a través de la oficina de intereses norteamericana (la representación diplomática que tiene USA en Cuba). Luego se empezó a hablar de una ayuda mayor pero condicionada a la vista de inspectores de la USAID (una agencia norteamericana de inspección de desastres y cosas así). Después comenzaron las cifras millonarias (5 millones de dólares) y desapareció la famosa condición de la inspección previa. Ahora son 6,3 millones y algo me dice que la semana que viene el monto puede subir un poco más.

Corro el riesgo de la pedantería al regresar al primer tema de este post, pero el monto de la ayuda involuntariamente me recuerda la tregua que realizó mi vecino durante los días posteriores al ciclón. 6,3 millones de dólares (6.300.000) es una cifra que impresiona cuando uno la escribe en una hoja de papel y la pone justo frente a los ojos. Sin embargo, si luego le damos la vuelta al papel y escribimos por detrás la cifra preliminar de daños y pérdidas a la economía cubana por ambos ciclones, 5 mil millones de dólares (5.000.000.000) entonces la primera cifra que tanto nos impresionó al principio nos parecerá simplemente ridícula.

6,3 millones de dólares, llevados a la lógica de mis nuevos vecinos vienen siendo algo así como 6 días sin bolsas de basura. Casi una semana completa sin preocupaciones sobre el estado de salubridad de la fachada de mi vivienda. Pero lo malo que tienen los buenos tiempos es que siempre se acaban, y al 7mo día todo volverá a ser como antes, y la basura de mis vecinos volverá a entorpecerme la vida.

Decididamente no quiero 6,3 millones de dólares. Lo que realmente necesito es que levanten el embargo que tanto ha ayudado a los malsanos de allá y a los mediocres de aquí a vivir de cuentos y discursos. Pero… ¿Qué digo? Estoy mezclando las cosas y hablando de políticas de ayudas y embargos comerciales como si yo fuera un tipo que entiende de esos temas. Pido perdón a todos los lectores de este blog y reescribo mi pedido en términos más concisos y reales. Solo quiero que mi vecino deje de molestarme con su basura. Y nada más.

miércoles, septiembre 17, 2008

Longevos


Dentro de 70 años el mundo habrá cambiado mucho. El cáncer y el SIDA serán solo un mal recuerdo, las computadoras aparecerán como chips implantados bajo nuestra piel y la Internet que conocemos hoy será un asunto del pasado. Faltan 70 años para ese momento. 25550 días con sus noches. Una cifra de respeto que, al menos en teoría, solo está al alcance de los niños y adolecentes de hoy.

Vivir tanto tiempo sería un logro mayúsculo para alguien de mi generación, sin embargo esa nunca ha sido una de mis prioridades. Soy de los que cree que uno debe vivir mientras pueda ocuparse de uno mismo y disfrutar las cosas buenas de la vida en alguna de sus variantes. Pero hay cosas que han de suceder a pesar de uno mismo, y algo me dice que dentro de 70 años estaré aquí, posteando a través de un chip en mi piel (una piel tersa y rejuvenecida gracias a las células madres). Estaré aquí para contarlo.

Esa afirmación no está provocada por un breve ataque de fe o por una intensa intoxicación alcohólica. La avalan los últimos descubrimientos científicos que afirman que la clave para retardar el envejecimiento no está en los famosos antioxidantes como se creía hasta ahora sino en la disminución de la cantidad de calorías que consumimos en una cantidad cercana al 30% o al 40%. Recientes experimentos con ratones y otros animales parecen confirmarlo: comer menos nos alarga la vida.

Y a pesar de lo que puedan afirmar los científicos, mucha gente (con razón) creerá que es un precio demasiado alto para alargar su vida y solo unos pocos encontraran la voluntad para llevarlo a cabo. Sin embargo, los que vivamos en Cuba los próximos años no vamos a tener que enfrentarnos a ese dilema. Primero Gustav arrasando con el occidente y luego Ike barriendo el resto del país, se han encargado de condenarnos a todos al dudoso beneficio de la longevidad por escasez alimentaria.

El 70% de las cosechas afectadas en un país que ya destinaba cerca de 2000 millones de dólares a importar alimentos no es precisamente una buena noticia. El plátano se ha convertido de la noche a la mañana en un lujo que los habitantes de esta isla no podrán ver en mucho tiempo. Todas las frutas que colgaban o debieron colgar de arboles ahora son un simple espejismo. Y eso sin hablar de los daños al tabaco, el café y el resto de la infraestructura agrícola del país.

La comida no va a ser el único problema. La cifra de viviendas afectadas es de espanto y existen un montón de daños en otros sectores que no me he atrevido a enumerar. Ante tantos contratiempos me viene a la mente un proverbio árabe que reza: Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad. Por eso escojo pensar que algo positivo habrá de salir de este asunto y que en ello habrá que concentrarse.

La caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS trajeron nefastas consecuencias para la economía y la sociedad cubana, pero también sirvieron para comenzar a romper el bloqueo mental al que estábamos condenados en esta parte del mundo. Poco a poco los cubanos comenzamos a salir de un túnel lleno de consignas, escaso pensamiento propio y cero tolerancia hacia la individualidad que se diferenciara del patrón definido.

El resultado de aquella catástrofe económica fue una sociedad mucho vas problemática y conflictiva, con una importante pérdida de valores pero también más tolerante con las ideas ajenas y la individualidad en su mejor sentido.

Deseo entonces que el desastre provocado por estos huracanes se convierta también en una etapa de rectificación, donde el gobierno asuma que la economía es un asunto de números (casi siempre en rojo) y no de discursos o campañas. La flexibilidad de pensamiento y la búsqueda de la creatividad deben marcar la diferencia en este periodo de recuperación.

Vivimos en un país necesitado de dirigentes capaces, creativos y honestos que sean capaces de tomar las medidas necesarias para PROPICIAR las oportunidades que necesita este pueblo para TRABAJAR y PRODUCIR las riquezas que se merece. No hay margen para el inmovilismo (no hago nada sino lo ordenan desde arriba) en que se desenvuelven una buena cantidad de funcionarios mediocres y leales que amenazan con eternizarse en sus puestos. Será necesario un cambio de mentalidad en un país que necesita más constructores y agricultores y menos dirigentes políticos.

En mi opinión, la primera medida importante sería eliminar los subsidios alimentarios que recibe un alto por ciento de la población que NO TRABAJA. Los subsidios alimentarios (la famosa libreta) debería ser distribuida por los centros laborales como un complemento al salario y no debería ser pecado que reciba mas el que más trabaje, y QUE NO RECIBA NADA, EL QUE NADA PRODUZCA (Del subsidio alimentario de los ancianos, los niños y las personas con discapacidades se encargaría la Asistencia Social).

Luego quedaría estructurar un mecanismo más flexible y menos politizado para incentivar la inversión extranjera (aunque sea de la pequeña y mediana empresa), pues pensar que un país solo puede salir adelante a través de grandes campañas económicas dirigidas desde arriba es ignorar el potencial creativo que la propia revolución ha logrado desarrollar con sus programas educacionales.

Aprovechemos el talento que aun nos queda en el país (ya que muchos han decidido probar fuera) para construir la posibilidad de un futuro mejor. Es lo único que pido y me quedan solo 25550 días para verlo.

PD: Sobre el tema de la "ayuda" prometida por USA pienso hablar próximamente.

lunes, septiembre 08, 2008

El futbol manda


No era un Boca – River, ni un Argentina – Brasil, era simplemente Cuba – USA. El morbo lo servía la prensa extranjera, Cuba ponía el estadio (con luces!!!) y los yankees prometían el "soccer". Pero hubo lluvia molesta durante toda la tarde y cielo encapotado. En cuba se juega beisbol y el beisbol se suspende si le caen más de tres gotas al terreno, por eso la duda mandaba ¿se jugara el partido?

Se jugó. Como a las 6 y algo de la tarde la lluvia se contuvo y los "futboleros" comenzaron a salir a la calle disfrazados con sus camisetas del Madrid, Barza, Brasil, Argentina, etc, Todo el mundo intentando llegar al estadio antes que la lluvia volviera. Cuando empezó el partido ya el Marrero estaba lleno de punta a cabo, con una afición tan bullanguera como improvisada. Por momentos el ambiente parecía el de un juego de beisbol (lo único que faltaba eran las cornetas y las sirenas), pero afortunadamente habían grupos de estudiantes extranjeros, sobre todo latinoamericanos y angolanos, que ayudaron a animar la fiesta con cantos y palmadas, enseñándonos un poco a los cubanos que estábamos allí como "se vive" el futbol en la grada de un estadio.

El resultado fue el esperado a pesar de que en algún momento del primer tiempo la selección cubana intentó llamar a las puertas del milagro. Pero no se dio. Perdimos y de todas formas fue un bonito espectáculo. Al final del partido los jugadores yankees se fueron tímidamente al medio de la cancha a despedirse del público y el estadio entero se paró a aplaudirlos en un gesto sobresaliente (de hecho son el mejor equipo de futbol que ha pasado por cuba en los últimos ¿20 años?) La prensa extranjera solo pareció fijar ese momento, y el señor J.Antonio Espina en el periódico deportivo AS, asegura que las autoridades habían calentado el partido repartiendo boletos gratis, y que luego se encontraron que la gente en el estadio animaba a los yankees casi tanto como a los cubanos. Este tipo estaba en otro lado, quizás en un hotel tomando un daiquiri al lado de una mulata y viendo el partido por televisión.

Yo si estaba en el Marrero y el público fue ejemplar apoyando a Cuba (gritos de hijo de puta cuando el árbitro mostró amarilla a un jugador cubano, aplausos generalizados cuando las tarjetas amarillas a los yankees). Pero la gente había ido a ver futbol y por desgracia como casi siempre ocurre por acá, el futbol lo volvían a poner los de afuera.

Dempsey, el goleador de la noche, también estuvo en el Marrero y vio lo mismo que yo y luego lo declaró a la prensa: "Esperábamos odio y encontramos amistad. Ha sido una experiencia única. Qué grande es este deporte".

Me basta con esto. Por encima de diferencias políticas y asperezas nacionales, el futbol manda.

sábado, septiembre 06, 2008

555


El tiempo se va muy rápido. Ayer había olimpiadas en China y todo era "el cubo de agua" y "el nido del pájaro". Usain Bolt rompía el record de los 100 metros llegando a la meta en una pachanga de carnaval y Michael Phelps justificaba su dieta de 10000 calorías diarias colgándose 8 medallas de oro. Para Cuba solo hubo destellos: el triunfo de Dayron Robles, la victoria sobre USA en la semifinal del beisbol, una patada espectacular a la cara de un árbitro y poco más. Un rendimiento aceptable pero lejos de las expectativas creadas por actuaciones anteriores.

Concluidas las olimpiadas, por acá se nos apareció un peleador que se movía rápido como un peso pluma y golpeaba como un superpesado. El tal Gustav, atravesó Cuba como un huracán categoría 4 y nos re-decoró el paisaje en la parte occidental del país. Las fabricas en Detroit, Shanghai, Sao Paolo, Berlin y compañía siguen soltando lo suyo a la atmosfera. El calor sube, el atlántico se calienta, el Caribe hierve y los próximos ciclones amenazan con hacer el trabajo que no hicieron los misiles en la crisis del 62.

Hacía solo unos días el prehistórico estadio de futbol de la Habana (Pedro Marrero, antiguo estadio de la tropical) había estrenado iluminación nocturna después de 20 años a oscuras. Hubiera sido un crimen mayúsculo que esas torres se hubiesen ido al carajo tan pronto, pero para fortuna de unos y desgracia de otros, Gustav "el Terrible" no quiso darse una vuelta por la Habana.

Gracias a eso, las luces del estadio van a prenderse esta noche para iluminar la primera visita de una selección de futbol de mayores de USA en 61 años. En su anterior presentación el equipo cubano jugó de una forma tan atrevida como si enfrente tuviese un equipo de débiles visuales. Los trinitarios no demostraron gran cosa y aun si terminaron metiendo tres goles y llevándose un resultado muy bueno para ellos y "alentador" para nosotros: Cuba 1 –Trinidad y Tobago 3.

El mundo también anda entretenido. Los rusos van de viaje a Osetia del Sur, la OTAN protesta y en Moscú se cuelgan grandes pancartas con el texto "Remember Kosovo" para que se vean bien desde las fotos que tiran los satélites de Washington.

La serie de tv del año: McCain vs Obama, ha lanzado un nuevo personaje que promete muchísimo entretenimiento: Sara "el témpano" Palin. Las reglas de este Reality Show dicen que gana el que pueda mantener por más tiempo el apoyo de los votantes-televidentes. Basta leer lo que decía Obama hace seis meses sobre un tema cualquiera y luego compararlo con su discurso actual para darse cuenta como ha tenido que jugar con el rating televisivo. Pero no es su culpa que el show sea tan agresivo, el público tan cruel y que al final solo quede un ganador para llevarse el premio de la White House.

A pesar de los pesares, Obama "es el tipo", y mi voto virtual es suyo. McCain es otro producto de la fábrica de conservas-dores Bush and Family y para Cuba solo más de lo mismo: embargo, embargo y embargo, o como se dice en buen cubano: caña y mas caña.

Por aquí además del ciclón pasan otras cosas. Pero yo me prometí solo 555 palabras y las promesas están para cumplirlas.

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.