« Home | Poesía: Miguel Barnet » | Frío, frío, frío » | Todo sobre mi madre » | Experimento » | Explorando la web: tres en uno » | Así lo contó: Julio Torri » | Hipocresías » | Poesía: Serafina Nuñez » | Lo dice Francis Scott Fitzgerald » | Cine de barrio »

Más de lo mismo

Amaneció el día de ayer con nuevas noticias que a primera vista se les podría aplicar la vieja frase de “una de cal y otra de arena”.

Esta es una:

“EEUU nombra jefe de inteligencia para Cuba y Venezuela”

Estados Unidos nombró el lunes un nuevo jefe de inteligencia encargado de coordinar el trabajo de las agencias del país para Cuba y Venezuela, dijeron autoridades.

…En esa ocasión, la oficina dijo que coordinar los servicios de inteligencia era fundamental para enfocarse en los "desafíos" que Cuba y Venezuela significaban para la política externa estadounidense.

"La posición de gerente de misión será responsable para asegurar que los formadores de políticas tengan un (servicio de) inteligencia rápido y correcto para tomar sus decisiones," dijo la oficina.


Y esta es la otra:

“Cuba registra en lo que va de este año un crecimiento económico de 12,5 por ciento, y exhibe perspectivas alentadoras para el 2007, dijo hoy en Bayamo José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación.

Al intervenir en el acto nacional por el día del economista y contador cubano, efectuado en la provincia de Granma, el titular señaló que se aprecia recuperación en todas las esferas, incluyendo en las más deprimidas durante la crisis financiera causada por el derrumbe del campo socialista europeo a finales de la década de 1980.

Significó el protagonismo de los profesionales de las ramas contables para garantizar la ejecución de gestiones financieras, y el proceso inversionista que llevará a la nación a una seguridad energética como parte esencial de la invulnerabilidad económica.”


Sin embargo si usted vive en Cuba o se mantiene al tanto de su realidad podrá darse cuenta sin ningún tipo de esfuerzo que las dos son de cal y que arena es precisamente lo que esta faltando para hundir, tanto al nuevo “hombre fuerte” de los EUA para Cuba y Venezuela como a nuestro distinguido ministro de economía.

Son dos noticias tan desalentadoras que obligan a usar la formula de Polito Ibáñez y “poner los ojos al cielo, para no pensar”, pues seguimos encerrados entre dos paredes que nos dan (al pueblo) muy escaso margen de movimiento.

PD: La noticia del crecimiento económico de Cuba dada por Reuters al menos aclara que Cuba usa una “formula especial” para calcular su crecimiento, y digo yo… ¿la formula no tendrá alguna relación con los precios del agro mercado? A lo mejor el crecimiento de la economía es proporcional al del precio de la libra de bistec en el mercado…

30 la lbs. jejejeje, parecen proporcionales

La fórmula del PIB es tan singular como la proporción de soja que tiene el picadillo o a lo mejor en parte de la ecuación hay un factor de 1/x, donde x es el tiempo de espera de un trasnporte en la parada, o a lo también cuentan la cantidad de gente cojiendo botella.

0+0,1=158%
aqi te va la formula de calculo cubano, somos buenosen salsa y regueton pero en matematicasss ?????

Me hicieron una TAC, aclaro, una TAC, no un tacto, de cráneo en el Calixto García, compadre, no me cobraron ni un kilo; pero en el merecado me sonaron 30 pesos por una libra de filetes de carne de cerdo, no será esta la clave del crecimiento del 12... y tanto

Publicar un comentario

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.