Good bye...
Abro el órgano de hoy (Órgano= periódico Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba) y me encuentro en la página 13 una entrevista con Daniel Bruhl, un conocido actor alemán que por estos días ha estado en mi ciudad, rodando “Siete días en la Habana”, un filme armado a partir de siete historias distintas, dirigidas cada una de ellas por gente de renombre en el mundo del cine (Lurent Canet, Benicio del Toro, Julio Medem, Pablo Trapero, etc).
Resulta que Daniel es uno de mis actores preferidos. Porque tiene mucho talento y porque además parece tener el don de escoger bien sus películas ( Good bye Lenin, Un amigo mío, Bastardos sin gloria), así que leo la entrevista con muchísimo interés, sin embargo al final solo queda el desencanto.
A las preguntas sin sustancia de la periodista (¿Cómo te preparaste para el personaje?, ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con este director?), Daniel da respuestas automáticas. El final sobre todo no puede ser mas tópico (aunque no por ello deje de ser cierto) “La Habana es impresionante en todos los sentidos, no tiene nada que ver con lo que he visto en mi vida”. Amén Daniel y sigamos adelante.
Sigo revisando el órgano y llego a las páginas 10 y 11. Los viernes toca “Cartas a la dirección”, una novísima sección del órgano donde se publican las cartas de los lectores con quejas, sugerencias y preocupaciones sobre el presente, y sobre todo el futuro, de nuestra querida patria socialista. Amén de nuevo.
Leo las cartas (algunas muy buenas, otras no tanto) y luego las respuestas de los “acusados” (generalmente empresas estatales y/o organismos de la dirección central del estado), y de pronto siento un deja vu.
La imagen de Daniel Bruhl en la pagina 13 y el texto de las “cartas a la dirección” (incorrecto el nombre de la sección, mejor sería cartas de los lectores, o algo por el estilo) me remiten como por arte de magia a una escena de “Good bye Lenin”, filme donde Daniel interpretaba a Alexander Kerner, el hijo de una mujer cuyo esposo ha abandonado la familia y la patria y se ha marchado a probar suerte a Berlín Oeste (la ciudad del otro lado del muro).
En la escena en cuestión la señora Kerner está planchando en la sala de su casa, acompañada de una vecina que ha venido a recabar su ayuda para escribir una queja y mandarla a algún sitio (quizás la sección “Cartas a la dirección” del órgano del PSUV ((Partido Socialista Unificado de Alemania)).
“...Pero una mujer de cierta edad”, dicta la señora Kerner y la vecina copia, “no podía ni quería usar las pantimedias que le ofrecían. Incluso en la RDA no solo hay princesas sobre hielo y camaradas exquisitamente esbeltas. No puede ser posible que las esposas de los trabajadores y granjeros sean castigadas con los combinados de moda luego de 40 años de nuestra república. Saludos socialistas. Hanna Schafer.”
Mientras la señora Kerner le dicta esta carta a su vecina, en el TV aparecen imágenes de un grupo de funcionarios (los de la primera fila bastante mayores) contemplando un desfile militar como parte de las celebraciones del 40 aniversario de la fundación de la RDA (República Democrática Alemana).
Mirando las imágenes del grupo de funcionarios (que imagino sean los miembros del comité central del PSUA), Alexander dice:
- Se están felicitando a ellos mismos, todos esos viejos bastardos.
- Bien, no tienes que mirar, dice la señora Kerner.
- Mamá, ¿no te das cuenta de lo que pasa aquí?, dice Alexander.
- ¿Y tú qué quieres?, pregunta ella, ¿Largarte? Nada cambiará si todos se marchan. Sigamos.
Fin de la escena.
Recuerdo como si fuera hoy el día en que vi la película. Salí a la calle completamente atontado, como si me hubieran dado con un mazo en la cabeza. Para los habitantes de los ex países socialistas de Europa Oriental el filme les hablaba de su pasado. Para los espectadores del resto del mundo era solo una ficción más, pero para las personas que salieron conmigo de la sala de cine, “Good bye Lenin” hablaba de su presente, lo cual nos convertía casi en fenómenos de feria: éramos los últimos ejemplares de una especie extinta.
Regreso entonces a la entrevista de la pagina 13. Cierro los ojos e imagino que, justo antes de terminar, la periodista dispara su última interrogante: Daniel ¿Qué recuerdos de “Good bye Lenin” te despierta la Habana?
Definitivamente, una respuesta sincera a esa pregunta hubiese ameritado una tirada extra del periódico.
jejeje, excelente, novedoso, bien armado y con excelente final, eres muy bueno!!!
Lo dijo Anónimo a las 3:34 p. m., mayo 30, 2011
Muy bueno,yo tambien leo mucho "el organo" y hasta he llegao a la fase superior del desgaste mental y les escribo coments que jamas publican.Este post me gusto mucho y te felicito por ello.Ahora,hace unos seis anos(no culos) que sali "a ver la ciudad del otro lado del muro"(te cito) y no recuerdo que es peli haya sido proyectada,un saludo.
Lo dijo Preguntale al Polvo a las 2:06 a. m., junio 16, 2011
Good Bye Lennin es una película muy tierna. Entremezcla el conflicto político con las relaciones familiares. Y, al final, el cariño entre personas que se quieren triunfa sobre todas las diferencias.
Algún día habrá que hacer una película semejante ambientada en Cuba.
Gabriel
Lo dijo Gabriel Delpino a las 8:45 a. m., junio 18, 2011
Muy buena película, la vi hace años ya y hace menos supe de alguien que la conservaba y quise volver a verla aunque al final no la pude copiar de nuevo. Tiene de todo, las críticas mas certera, toques de humor y tantas escenas que a los cubanos nos llegan y nos mueven cosas dentro.
Enhorabuena por tu vuelta.
Yohana
Lo dijo Anónimo a las 2:59 p. m., junio 29, 2011
MGM Casino - Dr. McD
MGM Casino, formerly the MGM Mirage, is the best-known destination 창원 출장안마 for 포천 출장마사지 gaming 속초 출장샵 and entertainment, featuring more than 2000 slot machines, 10 table games Apr 18, 2018 · 도레미시디 출장샵 Uploaded by Las Vegas 광주 출장안마 Casino Owners
Lo dijo valkieidler a las 11:30 a. m., marzo 04, 2022
Publicar un comentario