« Home | Ausencia » | Lo escribió Albert Camus: » | ¿Emprendedores! » | "Obama: I caught you" » | Imaginemos... » | Eppur si mouve » | De Compras » | Lo dijo Fernando Pessoa » | Un tipo con suerte » | Palabrería »

Conexión



1980. El joven Osama (23 años) se ha ido a Afganistán a pelear contra las tropas soviéticas que han ocupado el país un año antes. El decimoséptimo hijo de Mohammad bin Laden (tipo de mucha plata) recluta guerrilleros y establece campamentos. Comienza a recibir entrenamiento por parte de la CIA. Aprende a mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales; a preparar explosivos, a utilizar códigos cifrados para comunicarse, y otro montón de cosas divertidas.

Mientras tanto el imberbe Obama (19 años) estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, con una especialización en Relaciones Internacionales. Lee con interés las noticias de Afganistán, donde los EUA y la URSS mueven sus peones en la partida de la Guerra Fría. Unos cuantos veranos más tarde, en medio de su campaña a la presidencia, reconocerá haber consumido cocaína, marihuana y alcohol en sus años de juventud. La lógica indica que algo de eso debe haber pasado en este periodo de alocada universidad.

Ese mismo año, en algún lugar de la Habana, el pequeño cubano de la isla mira asombrado las imágenes de Arnaldo Tamayo Méndez encaramándose al espacio a bordo de la Soyuz 38. Cuando duerme, sueña con el cohete elevándose sobre el cosmódromo de Baikonur entre nubes de fuego. Afganistán no aparece en sus sueños. Tampoco la universidad de Columbia.

2001. Las torres gemelas del Word Trade Center caen abatidas por el impacto de dos aviones. El gobierno de los EUA se apresura a nombrar un culpable: Osama bin Laden. El viejo amigo de la CIA se ha vuelto contra “America” y ha enseñado los dientes. Después de su exitosa experiencia en Afganistán ha fundado una organización terrorista llamada “al Qaeda” como “un movimiento de resistencia islámica”.

En un primer momento Osama niega cualquier responsabilidad con los atentados en un comunicado difundido por Al Jazeera. Pero el gobierno de EUA no le cree y sale a cazarlo por el mundo.
Para esta fecha Obama acaba de cumplir cuarenta años y se ha convertido en un respetado profesor de derecho constitucional en la facultad de leyes de la Universidad de Chicago. Desde el año 1997 es senador estadual (¿se dirá así?) por el decimotercer distrito de Illinois. En el año 2000 optó por un puesto en la cámara de representantes que no consiguió (aun faltan tres veranos para que llegué a convertirse en Senador de los EUA). Incluso ha escrito un libro: “Los sueños de mi padre: Una historia de raza y herencia”.

En la Habana el cubano de la isla mira azorado las imágenes de las torres cayendo. Es un espectáculo triste que nunca imaginó que pudiera verse en televisión. “El mundo cada vez está peor” dice la gente en la calle, el cubano de la isla no lo cree pero las imágenes de las torres en llamas lo hacen temer por el futuro que se avecina.

2011. El cubano de la isla está tomando un baño y maldice su falta de visión. Ha olvidado poner el motor que sube el agua a los tanques y el chorro que sale de la ducha es cada vez más débil. Mientras intenta adivinar si el agua alcanzará para quitarse el jabón de encima oye la noticia a través del twitter callejero. Un vecino en un balcón a una vecina en el pasillo: Fulana, ¿oíste la noticia? ¿Cuál noticia?, pregunta ella. Mataron a bin Laden.

La noticia ha aterrizado en la Habana a través de las antenas clandestinas y se propaga enseguida. Luego el noticiero “oficial” la confirma. Un comando especial del ejercito de EUA se “dejó caer” en la casa-refugio de Osama en Pakistan y le dejaron unos cuantos tiros encima, recado especial del antiguo profesor de leyes, ahora Presidente de los EUA, Barack Obama. Los militares afirman haber lanzado el cadáver al mar. Aun no hay fotografías, o hay una pero es falsa.

Al cubano de la isla la noticia lo deja pensando el tiempo preciso para que se le acabe el agua, así que tiene que abandonar el baño (maldiciendo hasta el infinito y más allá) a prender el motor.

Luego en la noche, sale a comprar pan y de camino levanta la cabeza y mira al cielo. El mismo cielo que escrutaba hace más de 30 años en busca de la Soyuz 38. El cubano intenta imaginarse al niño Osama mirando las estrellas en algún lugar de Arabia, y al niño Obama persiguiendo cometas desde Honolulu y se pregunta si hubo un momento en que las cosas pudieron torcer el rumbo y ser diferentes a lo que terminaron siendo, o si por el contrario todo estaba escrito desde el principio. Luego se pregunta si en ese preciso instante, mientras él camina a la panadería, habrá otro par de niños que miren el cielo desde sitios distintos, y cuyos destinos hayan comenzado a trenzarse desde ahora para unirse en el futuro.

El cubano de la isla llega a la panadería y descubre que el destino del pan y el suyo no estaban destinados a unirse (el pan se ha acabado), así que mira el cielo por última vez y luego regresa a su casa.

Muy buena la reflexión, sobre el destino que nos acerca, nos aleja y se nos impone.
OSAMA vs OBAMA vs "El cubano de la isla".

Osomaga

Genial jaja!!
Por que dejaste de escribir tanto tiempo? ocupaciones, hastío, disficultades técnicas??? la verdad es que siento curiosidad.
Saludos

Publicar un comentario

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.