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Se busca persona adinerada que quiera patrocinar mi felicidad. Estoy un poco harto de esta vida de trabajar, trabajar y apenas arañar los sueños. Estoy haciendo una oferta única: vendo mi felicidad al mejor postor. Doy la oportunidad de ser el (la) responsable de mi alegría y mi sonrisa cotidiana. A cambio, solo pido un subsidio mensual que me permita cumplir algunos de mis modestos sueños: escribir, leer, viajar, conocer, reflexionar, atardeceres en la playa y algún viaje a Paris.
Ofrezco el título de “mi gran benefactor personal” y todo el crédito por las cosas buenas que me pasen de aquí en adelante. Por si fuera poco semejante honor, prometo tatuarme en un brazo (a escoger) la siguiente frase:
“Soy feliz gracias a (nombre de mi benefactor)”.
No queda mas que agregar, escucho propuestas.
Si tuviera con queso las quesadillas, ya te hubiera patrocinado, con la única condición de que no te hicieras el tatuaje... De hecho, a mí también me gustaría alguien que me diera el tipo de apoyo que tú pides, pero bueno, no nos queda de otra, a darle y darle mientras esto dure...
Lo dijo La niña Fonema a las 9:07 p. m., julio 03, 2006
lo mas complicado es encontrar patrocinador. cuantos no hubieran escrito si hubieran sido patrocinados. salud compadre! gracias por tu comentario y pues a veces estoy a la altura y otras de caida, asi que estoy en el club!
Lo dijo Susana a las 10:11 a. m., julio 06, 2006
Pero, ¿cuánto cuesta la felicidad?; ¿se puede tener siempre?; ¿se evapora o se marchita?
O tal vez...
Ya encontré a alguien que me da felicidad a camibo de mi infinita tristeza...
Tal vez, estimado Cubano, si encontraras alguna tristeza también alguien te podría patrocinar -así fue en mi caso-.
Lo dijo F a las 4:13 p. m., julio 06, 2006
Olerkariak, por desgracia las tristezas estan siempre a la vuelta de la esquina esperando saltarnos encima como el tigre azul de cortazar.
me gusta pensar la vida como un maquinaria de deseos, los que se cumplen nos dan felicidad, los que no nos dan su granito (o granote) de tristeza.
creo que los budistas dicen que el estado de felicidad total se alcanza en la ausencia de deseos y espectativas, esta onda no me sirve, no es humana, uno debe ir creciendo y creciendo en sus espectativas y deseos de la misma manera que debe ir creciendo como persona, justo hasta que nos llega la pelona.
Pero eso de encontrar a alguien que te de felicidad a cambio de tus tristezas es un negocio redondo, es como encontrarte la lampara de aladino, o el reparador de sueños de silvio rodriguez.
Lo dijo el cubano de la isla a las 6:24 p. m., julio 11, 2006
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