lunes, marzo 02, 2009

Eppur si mouve


O traducido al español para los que no tienen la suerte de hablar latín: "Y sin embargo se mueve"... Algunos dicen que eso fue lo que dijo Galileo Galilei, o mas que decir murmuró, frente a al nutrido grupo de cardenales de la iglesia católica, apostólica y romana, que se habían reunido para verlo abjurar de sus "teorías" que contradecían el punto de vista geocentrista de la iglesia (la tierra en el centro del universo) y que apoyaban lo ya descubierto por Nicolás Copérnico algunos años antes: el sol estaba en el medio de nuestro sistema solar y la tierra era solo un planeta mas que giraba a su alrededor.

Lo cierto es que parece que Galileo nunca pronunció esta famosa frase, y todo fue un invento de un periodista inglés, que luego fue repetido por otro periodista (¿existirá un circulo especial en el infierno para los periodistas? :) y así sucesivamente hasta llegar a nuestros días.

Dicha o no en aquel momento, la frase sigue teniendo una vigencia tremenda en esferas tan alejadas de la astronomía como la política (¿De verdad está tan alejada? ¿No hay por ahí muchos políticos que hablan de la realidad de sus países como si en vez de mirar hacia abajo, tuvieran la vista fija en otro planeta?). El asunto es que si Galileo hubiera estado a mi lado hace algunos minutos, y hubiéramos escuchado juntos la nota oficial leída en el Noticiero del mediodía, seguramente me hubiera mirado con esa expresión media infantil que se les nota a veces a los genios y me hubiera soltado la frase que se le atribuye: eppur si mouve cubano, eppur si mouve.

¿Y que decía la nota oficial que provocó esta reacción en mi amigo Galileo? Un par de cosas interesantes, o más exactamente 12 cosas interesantes, 12 puntos (como los apóstoles, que casualidad) que anuncian que la tierra se mueve también en el mundo de la política. Ministros que se van, ministros que llegan, ministerios que se integran en uno solo, etc. No puedo recitar exactamente los cambios y además la nota anunciaba que esos movimientos habían sido definidos en una reunión realizada hoy mismo en la mañana (por eso la noticia no sale aun en la prensa).

Lo más impactante parece ser la "liberación de sus cargos" de un trío de dirigentes que había realizado una meteórica carrera política en la Cuba de los últimos años: Carlos Lage Dávila, Felipe Perez Roque y Otto Rivero.

Hasta hoy en la mañana eran "gente poderosa" en este país. A partir de hoy... bueno, no voy a llegar a la inocencia de decir que volverán a ser cubanos de a pie, porque cuando uno aprende a volar en las alturas... se le queda el hábito del vuelo y la costumbre de mirar hacia abajo.

No puedo emitir un juicio válido sobre estos cambios. No he tenido la dicha de ser invitado a una reunión del Consejo de ministros, el Ministerio de relaciones exteriores o cualquiera sea el órgano que dirigía Otto Rivero (creo que era algo asociado con la batalla de ideas), así que todas mis impresiones son totalmente subjetivas. De Otto siempre he tenido una mala opinión (dado su paso como secretario general de la UJC). Sin llegar al evidente oportunismo de Hassan Pérez (otro que ya "tronaron" hace un tiempo), daba imagen de ser un tipo en quién se no podía confiar demasiado (algo así como un oportunista lento).

Lage y Felipe eran otra cosa. Eran de la generación de los "ahijados". Dirigentes escogidos desde muy jóvenes para trabajar muy cerca del Gran Hermano. Ya estaban "acostumbrados" a eso y al parecer habían aprendido a moverse dando una cierta imagen de "trascendencia" sin meterse en demasiados problemas. Supongo que al Gran Hermano le decían que si a todo, y luego...

Pero de pronto el Gran Hermano enfermó y el Hermano Menor tomó el poder. Y las relaciones no eran las mismas. No había el mismo grado de confianza... que se yo. En fin, que ahora les han movido el piso.

Ya veremos que cambia con todo esto ¿Cambiará algo?, le pregunto a mi amigo Galileo, y él no responde nada y me mira como si yo fuera el tipo mas inocente del mundo. Lo curioso, me dice Galileo, es que después de tantos años el dilema siga siendo el mismo: ¿Quién gira alrededor de quien?

De Compras


La economía mundial está en crisis. Los economistas se halan los pocos pelos que tienen. Los políticos se reúnen y se fotografían juntos y hablan de confianza, y luego en privado se safan el nudo de la corbata como si se estuvieran ahogando con ella. Los gobiernos gestionan empréstitos millonarios para salvar los bancos. Los ricos se vuelven humildes y dejan de pensar (de momento) que el auto comprado el año pasado ya se ha vuelto viejo. El resto del mundo se aprieta el cinturón para campear el temporal. Los afortunados que aun tienen empleo le rezan a su dios para que los ayude a no perderlo. Al borde del camino parecen estar los otros, los que se han quedado sin empleo, sin casa y sin un dios que los escuche.

Mientras tanto aquí en la Habana, yo intento dar mi aporte para que la enorme rueda del comercio mundial no se detenga y me voy de compras. Mi presupuesto es bien modesto y por eso solo me permito la adquisición de dos artículos.

El primero es un libro. Mas bien un libraco (809 páginas). Se llama "La ínsula fabulante" y es una antología del cuento cubano en el periodo 1959-2008. La sorpresa aparece cuando uno va al índice y se encuentra que no son todos lo que están, pero si están todos los que son. Guillermo Cabrera Infante, Onelio Jorge Cardoso, Eliseo Diego. No ha habido exclusiones basadas en motivos ajenos a la literatura. Alejo Carpentier, Virgilio Piñera, Eduardo Heras Leon, Norberto Fuentes. El único criterio de selección ha sido el talento. Jesús Días, Severo Sarduy, Reinaldo Arenas, Senel Paz. Y otro montón de buenos escritores.

El libro es un regalo de lujo. Algunos cuentos los he leído, otros no. Hay uno sin embargo que destaco sobre los demás: "El lobo, el bosque y el hombre nuevo". El cuento de Senel Paz sobre el que Tomas Gutiérrez Alea filmaría luego la inolvidable "Fresa y Chocolate". Llevo años buscando este cuento infructuosamente y ahora, al fin voy a poder darme el gustazo de leerlo.

El segundo artículo que me he comprado son unas gafas de sol. Ahora estamos en invierno (y este es uno particularmente bueno, con bastante frío), pero igual en esta parte del mundo el sol siempre es un problema. Lo curioso es que las gafas que me he comprado han terminado costándome lo mismo que el libro. Pagué 25 pesos cubanos por el libro, y 1 Peso Convertible por las gafas. Acá tenemos dos monedas, una vale al menos el papel en que la imprimen (Peso Convertible) y la otra (Peso Cubano) tiene mas bien un valor simbólico, como si fuera menudo impreso en papel.

Resulta que 25 pesos cubanos = 1 Peso Convertible (1.09 USD, aproximadamente). Por eso es que digo que los artículos han costado lo mismo. Con el libro estoy seguro que quedaré satisfecho, pero las gafas son una incógnita tremenda. Mis gafas anteriores habían costado al menos 8 veces más y terminaron rompiéndose un día en que se me cayeron al piso. El reto en este caso es adivinar de qué forma van a romperse las que acabo de comprar. Dado su precio uno puede terminar pensando cualquier cosa. Digamos que un día haga un sol demasiado fuerte y las gafas se me derritan encima de la nariz. O que al final resulte que están hechas con un plástico producido a partir de desechos radioactivos de alguna planta nuclear, con todos los agradables efectos secundarios que eso conllevaría.

En fin, que dado su precio, lo mejor hubiera sido no comprarlas. Lo que pasa en que en ese momento me vino a la mente la frase del efecto Mariposa que se usa para explicar la teoría del caos, que dice "el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede provocar una tormenta en New York".

Esa frase fue definitoria. Abrí mi billetera, saqué 1 Peso Convertible y compré las gafas, pensando que en ese momento estaba sacando de mi bolsillo el impulso que anda necesitando la economía mundial para salir de su bache. Así que ya veremos que pasa mañana con las bolsas de valores del mundo. Y si al final del día resulta que las bolsas han cerrado con ganancias, usted y yo sabremos quién ha sido el responsable de esa mejoría. Pero no lo comente con nadie. Ese será nuestro secreto.

Acerca de mi

Yo:el cubano de la isla
De:La Habana, Cuba
Soy:un tipo común que mira y mira y cada vez entiende menos

 

Ya Cortazar lo contó una vez de esta forma...


La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo... Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podí­a ser una casa, quizás un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.