La partida continúa
Si la situación política en Cuba fuera una partida de ajedrez la de hoy es una jugada de esas que los estudiosos llaman innovación teórica.
Si uno pide una opinión a los expertos en el tema seguramente obtendrá una respuesta casi unánime: esta jugada desatasca el centro del tablero, dando paso a nuevas vías por las que puede desarrollarse el juego. Pero si uno pide un poco mas de atrevimiento en el pronóstico entonces todo el mundo se echará hacia atrás, poniendo en el rostro esa mueca hecha con la boca que suele tener un significado universal: ¿lo que viene después? Quién sabe...
La incertidumbre es lógica en este caso. Hasta ahora la partida había seguido las pautas de un jugador que, a pesar de su ya famosa impredecibilidad, solía tener un estilo de juego muy conocido. Sin embargo, en uno de los momentos más complicados, la partida ha quedado en manos de sus discípulos, que hasta este momento, estaban acostumbrados solamente a hacer jugadas menores y siempre bajo la atenta mirada de su maestro.
¿Quién sabe lo que piensan realmente cada uno de estos discípulos? Solo ellos y quizás el espejo del baño que les devuelve el reflejo en las mañanas cuando se lavan los dientes. Más que repartir pronósticos sobre lo que piensan los otros, a mí, uno más entre los millones de piezas que se mueven en este tablero, me gustaría esparcir mis deseos para el futuro.
Me gustaría que por encima de utopías prefabricadas y desengaños ideológicos, triunfara la humildad, el sentido común y el coraje.
Humildad para que los involucrados en el destino de esta partida pudieran reconocer, aunque sea en la fría soledad de su despachos, aquellos temas en que se han equivocado y que han afectado la vida de millones de personas.
Sentido común para evaluar las posibles soluciones a cada uno de los problemas a que hoy se enfrentan, sin perderse en laberintos teóricos y viejos debates que ni se comen ni se beben.
Coraje para reconocer que nadie, ni Marx, ni Fukuyama, pueden adivinar o detener el ritmo de la historia. Esa misma historia que tan cruelmente suele pasarle por encima al hombre común, dejándolo fundido con el asfalto de la calle.
Sería muy bueno también que en esta partida en la que se decide el destino de Cuba, dejaran de sentirse las nocivas intromisiones y las veladas amenazas de poderosos vecinos. Seria excelente que el próximo presidente de los EUA decidiera ocupar su valioso tiempo en reestructurar el sistema de salud, solucionar el déficit fiscal y resolver los múltiples problemas que afectan su país. Limitándose, como norma, a intervenir en la parte del mundo que está dentro de sus fronteras, mientras a nosotros nos dejan un poco en paz, ventilando entre cubanos, nuestros orgullos y nuestras vergüenzas. Dentro de esta nueva dirección, seria tarea urgente y necesaria que el embargo o bloqueo, sea declarado en bancarrota por ineficiente y genocida, y pase a ser solo un tema para historiadores.
Y sería bueno, por sobre todas las cosas, que cada cubano reflexione sobre el tema y se decida a ocupar sus esfuerzos, no en buscarse un salvavidas mientras se lanza por la borda, sino en hacer lo esté dentro de sus posibilidades para lograr que este barco de todos vuelva a navegar en la dirección deseada.
PD: Este es el último post sobre Cuba en "mi isla al mediodia". Ya habia decidido que la actualidad cubana era un condimento demasiado fuerte que opacaba todos los demas sabores que prometia esta isla en sus inicios. Asi que ya había decidido crear otro blog para ocuparme del tema cubano, y dio la casualidad que la última vez fuera con una noticia como esta. Cosas de la vida.