Lloviendo sobre mojado
El sitio Cubadebate ha publicado en su sección deportiva un artículo titulado “Strike 3: El fútbol, el beisbol y el Espíritu santo”, que aborda el mismo tema que el último post de este servidor (Ver post titulado “Perder o Perder”).
El texto está firmado por Carlos Manuel Álvarez, un pre- periodista que escribe muy bien y que suele decir lo que piensa sin andarse demasiado por las ramas (¿existirá otra forma de escribir artículos de opinión?)
Carlos ha escogido un tema espinoso y nos ha regalado un buen texto. Coincido con algunas de sus opiniones y discrepo en otras. Como este servidor ya dio su criterio al respecto, resulta un poco llover sobre mojado. Así que me limito a proponer su lectura y dejar algunas notas en forma de comentarios.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2012/01/29/strike-3-el-futbol-el-beisbol-y-el-espiritu-santo/
Mis discrepancias con el artículo de Carlos comienzan por una frase:
“han hecho un espectáculo circense de un mero juego de once contra once”
Intentar explicar porque hay cosas que nos gustas más que otras a veces resulta bien difícil. Depende, sin lugar a dudas, de las emociones, que se involucran en cada caso, y de nuestra muy personal manera de entender la belleza.
¿Es el futbol un mero juego de once contra once? Pues sí, es una opinión válida. Pero no es, evidentemente, la respuesta que nos daría un aficionado a este deporte. Como tampoco sería factible esperar que un amante del beisbol terminara describiéndolo como un juego de nueve contra nueve, donde se intenta golpear la pelota con un palo y correr en una dirección intentado llegar al mismo punto de partida.
Discrepo con Carlos en que el arraigo actual del futbol esté relacionado en modo alguno con su aparente simplicidad, o con el vértigo de su juego. No puede encontrarse una palabra menos adecuada que vértigo para describir el estilo del Barcelona, sin lugar a dudas el club de futbol más admirado en la actualidad. Sería mejor usar palabras como: precisión, talento, creatividad. De hecho quizás la clave de la locura que despierta el futbol en todo el mundo pueda achacarse a esta última palabra. Creatividad. Con excepción del baloncesto no se me ocurre otro deporte donde la capacidad para reinventar una situación a partir de una simple pelota sea tan evidente.
Que el futbol es un negocio, no me cabe la menor duda. Pero me parece esa una afirmación parcializada. El deporte profesional, en su conjunto, es un gran negocio. De hecho, los salarios de los futbolistas mejor pagados del mundo, se eclipsan notablemente ante sus similares del beisbol de Grandes Ligas. Así que el mercantilismo no me parece para nada un detalle que distinga al futbol de otros deportes como el tenis, el ciclismo, el baloncesto, el ajedrez o incluso el beisbol (sobre todo en EUA o en Japón).
Ya aclaradas las diferencias, paso entonces a ventilar las ideas del artículo que comparto.
Este servidor cree, como Carlos, que es una tontería mayúscula comparar deportes e intentar poner unos por encima de otros. Es casi como comparar géneros de cine, y plantear que se deberían poner más comedias y menos dramas, o más policiacos y menos ciencia ficción. Para gustos se han hecho los colores, los géneros de cine y los deportes. A algunos les gusta el beisbol y a otros el futbol. Hay a quien le gustan los dos, y también hay quien pasa de todo.
Creo también que el hecho de que en Cuba no se televisen partidos de beisbol de otras latitudes tiene motivos absolutamente extradeportivos. A este servidor le resulta evidente que la prohibición se fundamenta en alguna especie de “trauma”. Quizás un miedo oculto a que la afición cubana pueda establecer comparaciones o cambiar de opinión sobre determinados temas. Pero como hemos podido comprobar durante tantos años, ese tipo de miedos en abstracto (a lo que pueda pasar) no es un buen consejero. Solo sirve para frenar el desarrollo y fomentar el inmovilismo y la mediocridad. Apuesto mi salario de un mes a que dentro de 10 años en Cuba podrán verse juegos de la MLB. ¿Por qué no hacerlo hoy?
Me resulta tan claro como a Carlos el hecho de que el inusitado fervor que despierta el futbol en nuestra juventud, viene dado, sobre todo, por el hecho de poder disfrutar (aunque sea con una semana de retraso) del mejor futbol que se practica en el mundo.
Estoy seguro que si en Cuba se trasmitieran partidos de la liga china o del campeonato de Bahréin, el fervor y el entusiasmo no alcanzarían los picos actuales. A fin de cuentas los goles siguen siendo goles en todas partes, podría argumentar alguien y no estaría falto de razón. Pero todos sabemos que el frasco no hace al perfume, y en el futbol, como en la vida, siempre es mejor disfrutar de las mejores esencias. ¿O no?